José Luis Murano, de Murano Muebles: “Los industriales de la madera tenemos pasión por lo que hacemos”
Fundador junto a su hermano, en 1984, una firma mueblera en la ciudad de Santa Fe. Cuenta anécdotas vividas en estas tres décadas de trabajo en el sector, en el que se ganó un lugar en el mercado gracias a una mano de obra calificada y cuidado del producto.
Usted es uno de los fundadores de la firma Murano Muebles, junto a su hermano… Cuentenos cómo nació la empresa.
José Luis Murano: A mis veinte años, con un primo, empezamos a hacer juguetes de madera. Ese fue mi primer contacto con la madera. Un par de años más seguimos juntos e hicimos algunos muebles de cocina, muy precarios. Poco después, con mi hermano nos pusimos de nuevo, en el fondo de la casa de nuestros padres. Mi papá era empleado público, y mi mamá ama de casa. Les pedimos prestado el galponcito y empezamos. Eso fue en 1984, hace treinta años. Entre los dos, nos pusimos nos pusimos a hacer revestimientos y algo de carpintería. Arrancamos en un tallercito de 5 por 6 metros, que era de nuestros padres, en el patio de su casa. Se lo ocupamos para armar la carpintería. Trabajábamos en principio en maderas mazisas, y aglomerados enchapados en laminado plástico con cemento de contacto. Incorporamos algunas máquinas y herramientas y pudimos empezamos a hacer aberturas, muebles de cocina, escaleras, etc.
¿Qué anécdotas recuerda de aquellos comienzos? ¿Cómo fueron creciendo?
Murano: En base al trabajo, a buenos productos. Y además, con esas cosas cotidianas que tiene también la actividad empresarial, yo siempre recuerdo que cada uno de nosotros estaba en dos clubes distintos, entonces al principio, cuando no nos conocía nadie como empresa, nos iban recomendando los amigos, que veían que lo que hacíamos era bueno. Y como teníamos grupos de conocidos diferentes, eso ayudó a duplicar el ‘boca en boca’.
¿En qué momento les quedó chico el galpón en casa de sus padres?
Murano: A los pocos años de estar fabricando ahí, nos ampliamos en el mismo patio. Hasta que fuimos creciendo como empresa, ya tuvimos muchos clientes y el taller era demasiado grande adonde estábamos, hacíamos mucho ruido además, así que pudimos mudarnos a una nave propia, ya en una zona industrial. En 1999 compramos 400 metros de terreno, los techamos, compramos después otros 400 y los techamos también. Hoy tenemos cuatro empleados.
En estos treinta años, ¿cómo han sentido los vaivenes de la economía nacional?
Murano: A la hiperinflación del ‘89 la sentimos, pero recién arrancábamos. Y en 2002, apenas pasado el estallido y el corralito de 2001, nosotros estábamos con un cliente que vendía a los hipermercados Libertad, que nos compraba mucho. Así que nosotros, en aquel momento tan difícil, tuvimos la posibilidad de estar trabajando extra los fines de semana. Y nosotros decíamos en aquel momento, si los franceses invertían en plena crisis en esos grandes supermercados acá, era porque de la situación que vivía el país se tenía que salir… Y en la crisis de 2008, que otro golpe importante, teníamos también trabajo, estábamos haciendo los muebles de cocina y placares de un edificio en Santa Fe.
¿Qué productos fabrican?
Murano: Lo nuestro son muebles a medida, terminados e instalados. No vendemos muebles para que los arme el cliente. En algún momento nos apareció esa idea, pero hay muchos competidores y nosotros tenemos una estructura diferente. Trabajamos con aglomerado lo mismo que los muebles en caja, pero lo nuestro es fidelización con el cliente, lo atendemos desde el incio hasta el final del trabajo, y además, el post venta, nuestra empresa sigue atendiendo al cliente por problemas que pudieran aparecer, por más ínfimos que sean, esa es la clave de nuestro progreso. Lo que nosotros proponemos es un producto de primera calidad, que se conoce en el mercado por sus presentación y atención.
¿Para llegar a esa primera calidad del producto terminado que menciona, existe alguna receta a la hora de la elaboración?
Murano: Sí, uno de ellos es la limpieza en nuestra carpintería, otro es tener mano de obra calificada. Con mi hermano los dos salimos de una escuela técnica en la que nos enseñaron que la limpieza y el orden es lo primero que debe cuidarse en la industria.
¿Tiene usted alguna participación gremial empresaria?
Murano: Sí, soy el secretario de la Cámara de la Madera de Santa Fe, que tiene muchos años. Había oportunamente perdido su personería. Entonces decidimos reflotarla, con el nombre de CIMASFe. Y lo hago porque creo que alguien tiene que participar, sino nadie lo defiende a uno. Tenemos contacto con la Unión Industrial de Santa Fe, a través de Oscar Martín y Miguel Costamagna, dos integrantes de la Cámara, que son asociados. Y de ahí nos nutrimos de información, que es muy importante para nuestro trabajo, como licitaciones, concursos o líneas de créditos.
¿Participan en ferias?
Murano: Sí. Hemos participado en exposiciones. Estuvimos en ExpoCon Santa Fe, y ExpoCon Esperanza que son ferias de la construcción. Pero la verdad, no ha sido de gran utilidad para vender el mueble que hacemos nosotros. Te podría decir que como espacio sí son útiles, pero no para lo que hacemos en Murano Muebles. A nosotros nos lleva mucho tiempo amortizar el gasto y el esfuerzo que tenemos para estar presentes.
¿Algún mensaje final para los empresarios pyme del mueble y la madera?
Murano: Que no aflojemos. Que no queda otra que darle para adelante y seguir trabajando. Si no, como siempre digo, vendo todo al primer tropezón y me pongo una inmobiliaria. Yo creo que los que estamos dedicados a la producción, amamos siempre lo que hacemos. Y los empresarios carpinteros, que es mi rubro, puedo decir que ninguno está por obligación. Los madereros tenernos pasión por este oficio. No ponemos una fábrica o un taller simplemente porque pueda ser un buen negocio. Entonces, si estamos haciendo lo que nos gusta, aprovechémoslo y demos todo nuestro esfuerzo para que cada día salga mejor.
Usted fundó una empresa con su hermano, en la casa de sus padres. Son claramente una firma familiar… ¿Hay alguna próxima generación de Muranos que tome la posta?
Murano: Y claro… uno siempre tiene el sueño de que pueda haber una segunda generación de los Murano acá adentro. Mis tres sobrinos participan en la empresa y mis hijos son más chicos. El más grande de ellos, está dando sus primeros pasos acá en la fábrica.