Guido Sermoneta, de DIELFE: “Si los industriales nacionales trabajamos responsablemente, vamos a conseguir fidelizar a nuestros clientes, que no se nos cambie por un mejor precio de algún producto importado

Guido Sermoneta es el titular de DIELFE, la firma elaboradora de muebles que nació en la década del ’80 como una pequeña fábrica de placares de terciado, en la zona sur de Rosario. Hoy, tiene una nave industrial de más de 6 mil metros cuadrados, en Villa Gobernador Gálvez, provee a grandes cadenas como Sodimac y Carrefour. Lo que sigue es un breve recorrido por la historia y el presente de la firma.

¿Cuál es su cargo en DIELFE y cuál es la historia de la firma?
Sermoneta: Soy su titular. Empezamos en la década del ’80, con una pequeña fábrica de placares de terciado, en la zona sur de Rosario. Y en el año 1990 iniciamos la actividad como SRL, con un galpón de 2 mil metros en la esquina España y Battle y Ordoñez. Se fueron sumando mis hijos y empezamos con la fabricación de muebles de melanina. Al tener estos productos un proceso industrial más corto, esto nos permitió sortear las dificultades económicas del país y expandirnos cuando hubo oportunidad de despegar. Así, con el tiempo pudimos comprar una hectárea y cuarto, en Villa Gobernador Gálvez. Al principio tuvimos una nave industrial de 4 mil metros cuadrados, que después ampliamos. Así llegamos a fabricar hoy unos 500 productos diarios.

¿Qué productos elaboran?
Sermoneta: Hacemos muebles para la cocina y para el comedor. Lo que nosotros vendemos son muebles en caja, que el cliente arma en su domicilio. Nos caracterizamos por ser la única fábrica que hacemos melanina y caño, a la vez. Nuestros colegas suelen hacer una cosa o la otra.Los productos que elaboramos son todos para mercado interno y nuestros clientes más importantes son Sodimac, Easy, Riveiro y Carrefour, entre otros. Lo que nosotros hacemos sale con marca comercial propia, que es Dielfe. Aunque también tenemos capacidad de producir sin marca, para algunos revendedores que son grandes áreas de venta.

Además de estos momentos de éxito y crecimiento, ¿tuvo Dielfe etapas difíciles?
Sermoneta: Sí, claro. La década del ’90 fue muy mala para nosotros. Lo que uno manejaba era el achicamiento, cuando la importación estaba a pleno, sin ningún tipo de control. Lo único que uno podía hacer, era administrar el achicamiento, para sobrevivir. De los 60 empleados que teníamos pasamos a tener apenas 12. Era un logo reducir una cantidad de gastos para poder seguir funcionando. Nosotros en aquel momento nos vinculamos con cosméticos AVON que vendía una línea de muebles para el baño, pero los costos eran altísimos para competir con fabricantes como los de Brasil.
Y más acá en el tiempo, a fines de 2011 tuvimos un incendio en la planta con el que perdimos todo. Hubo que recomenzar, casi de cero. Logramos que el seguro nos cubra el siniestro, pero hubiera sido imposible volver a levantar cabeza sin el apoyo de nuestros colegas, clientes y proveedores. También quiero destacar en ese momento créditos que obtuvimos de la Nación y la provincia. Había mucho por hacer, porque tuvimos reconstruir la planta.

¿Cuántos empleados tienen en la actualidad y qué predio industrial ocupan?
Sermoneta: Hoy tenemos 80 operarios, en una planta de 6 mil metros cuadrados y estamos pensando en una ampliación, ya que pudimos anexar 3 hectáreas y media más al terreno que ya teníamos, en la zona de Villa Gobernador Gálvez. Tenemos un departamento interno de diseño y desarrollo que nos permite renovar los productos en función de los cambios en los mercados a los que atendemos. Y pese al crecimiento que logramos, yo siempre digo que es clave que sigamos siendo una empresa familiar, con mis tres hijos con los que estamos juntos, codo a codo. Así, con el esfuerzo de todo nuestro personal y las decisiones que hemos ido tomando en materia comercial, conseguimos ubicar a Dielfe entre las fábricas del sector más importantes de la región, que es una zona muy importante a nivel mueblero. Las firmas que tenemos entre 80 y 100 personas trabajando somos 15, y hoy Dielfe con orgullo integra ese listado.

¿En qué mercados vende Dielfe?
Sermoneta: Hasta ahora siempre en la Argentina. Pero ahora en octubre, a través de la cadena Sodimac, vamos a poder llegar con nuestros productos a Uruguay.

¿Además de su rol como en la fábrica, tiene alguna participación gremial como empresario?
Sermoneta: Sí, participo de la Cámara de la Madera del Litoral. Ahí tenemos un trabajo gremial que suma mucho, porque estamos en contacto permanente con los colegas. Yo siempre voy inculcando esta idea de que estemos cerca entre nosotros. Porque para completar la cadena de valor no hace falta sólo estar en relación con clientes, con proveedores, sino también entre los colegas. Estamos federados en FAIMA, que nuclea a los fabricantes de todo el país. Eso nos sirve además para el desarrollo de exposiciones, y estar al tanto de novedades o servicios. Ahora estamos creando desde la Cámara del Litoral la figura del socio adherente, que sin obligación de pagar una cuota, puede recibir todas las novedades, acceder a cursos de capacitación que puede haber para los operarios y para los dirigentes de las pymes, además de la relación con el sindicato.

¿En esa Cámara tienen capacitación de personal?
Sermoneta: Estamos hablando con el Colegio San José, en Rosario, con la posibilidad de crear allí un Centro de Capacitación para Operarios del sector. Serían cursos cortos, para que la gente se vaya incentivando con alguna salida laboral. Sería un semillero para el sector.

Finalmente, algún mensaje para sus colegas…
Sermoneta: Que estemos asociados a las cámaras gremiales que tenemos en cada cadena, que participemos, que estemos presentes en ferias y exposiciones, que abramos los ojos al mercado, que no nos quedemos encerrados en el galpón o en la fábrica, porque eso nos permite tener una relación más cercana con nuestros clientes. Tenemos que conseguir que no se nos cambie por un mejor precio de algún producto importado, si trabajamos con responsabilidad, podamos fidelizar a nuestros clientes y que el producto de la industria nacional sea elegido por su confiabilidad.