Carlos Correa, de Mehring: “La clave para las Pyme es que logremos profesionalizar la gestión sin perder nuestro espíritu de empresas familiares”

Carlos Correa, de Esperanza, tiene 48 años. Es Director y vicepresidente de Mehring, que fabrica muebles que se venden en todo el país. La empresa tiene más de sesenta años y se ganó un lugar importante en el mercado con la elaboración de sillas, a las que hace un tiempo se le han sumado otros productos. Aquí, un repaso por el pasado, el presente y los proyectos la firma.

 

¿Cómo es la historia de la empresa Mehring?

Carlos Correa: En 1953, acá mismo en Esperanza, Gerardo Remigio Mehring empezó a hacer sillas en su carpintería. Con el tiempo, fue creciendo y se fueron haciendo muy reconocidos los productos y fue incorporando más gente a trabajar. Sesenta años después, somos una firma reconocida en todo el país, y decimos con orgullo que somos “la primera fábrica de sillas en serie del país”. Su fundador falleció en 1994 y la fábrica continuó con la misma filosofía. Somos cuatro directores. Dos somos hijos políticos y los otros dos son los hijos del fundador. Por eso decimos que seguimos siendo una empresa familiar, que desde el centro de la provincia de Santa Fe logramos elaborar y comercializar en la Argentina o en el mundo nuestros productos, en base a respeto por los clientes, buena terminación y alto valor agregado.

 

¿Qué cargo ocupa en la firma?

Correa: Llegué en el año 87 a la empresa, cuando apenas terminaba de cursar la carrera de contador público. Entré a hacer costos y también comercio exterior, que tuve que aprenderlo en la práctica, porque no había en la zona de Esperanza ninguna carrera formal en la que se pudiera estudiar sobre cómo exportar. Rehming, el fundador de la firma, era mi suegro. Él había intentado desde siempre vender afuera, pero nunca lo había logrado. Había un buen producto, pero por ahí faltaba un poco del empuje que caracteriza a los más jóvenes. El ya había cotizado y enviado muestras, a muchos lados, pero no se había concretado nada. Yo me propuse continuar con ese objetivo, y así conseguí en ese mismo 1987 que entro, Y así logramos la primera exportación, que fue a Uruguay. Hay que imaginar, claro, que la posibilidad para hacer negocios a distancia no era entonces la que es hoy. No teníamos un sitio de Internet, no existían los mails ni los celulares. Acá en Esperanza, para que te des una idea, había un solo fax en toda la ciudad, que teníamos que hacer cola para usarlo. En esas condiciones armamos el Departamento de Comercio Exterior de Mehring, y nos fue bien. Al año siguiente, conseguimos vender a Estados Unidos. Y retuvimos ese mercado hasta 2010, logrando atravesar en el medio la hiper del 89 y la debacle de 2001. En todo este tiempo pudimos llegar también a mercados como Puerto Rico y España. La idea fue tener siempre un producto de calidad, diferenciado, porque incluso en momentos en los que la política cambiaria permite mirar afuera, no podemos competir desde acá como productores de escala con jugadores como los fabricantes de Brasil o de China, por ejemplo.

 

¿Hoy siguen vendiendo al exterior?

Correa: Hoy no. En 2010 decidimos suspender nuestras ventas afuera porque los números no nos daban para seguir siendo competitivos. La situación cambiaria en la Argentina desde ese año en adelante nos significó que debimos abocarnos por completo al mercado interno. Ahora las perspectivas pueden cambiar, lo iremos viendo. De todos modos, nosotros como empresarios industriales en este tema, hemos tomado decisiones que considero inteligentes. Porque nunca vendimos más del 30 por ciento al exterior, para acotar también el margen de riesgo con las variables económicas del país. Por eso, desde 2010 hasta ahora, pudimos reacomodar el esquema productivo y sobrevivir, sin despedir personal ni achicar la fábrica, simplemente reacomodamos el destino de nuestra producción.

 

¿Cuáles son las claves para el éxito de Mehring?

Correa: Nosotros siempre vendimos esqueletos de sillas, sin lustre y sin tapicería. Pero ahora en el último tiempo le hemos puesto valor agregado, al ofrecer el producto terminado. Eso ha sido una buena decisión. Otra fue la de atomizar. Con el tiempo, fuimos pasando de vender mucho a muy pocos clientes a vender menos cantidad a muchos clientes, son unos 500 en todo el país. No tenemos una red de locales propios para vender, sino que fabricamos y comercializamos, en general al por mayor a mueblerías o regalerías. Y también hacemos por encargo sillas en cantidad para hoteles o restaurantes, por ejemplo. Yo además de lo que describí antes, hago marketing para la firma. Y otra de las cosas que consideramos que nos dio resultado fue la de estar presentes en las ferias y eventos a del sector nivel nacional, que nos permiten seguir posicionados, conseguir clientes y conocer además las tendencias en diseño del sector. Participamos habitualmente en la muestra “Presentes” que se hace dos veces al año en Buenos Aires y somos fundadores de la “Expodema”, que organizamos en Esperanza con las numerosas fábricas que hay acá en la ciudad y la presencia de fabricantes de mueble de otros puntos del país.

 

En este sentido, desde Mehring además tienen una visión de actuar gremialmente junto a otras empresas del sector…

Correa: Sí. Yo además de mi cargo en la empresa soy el presidente de la Cámara de la Madera de Esperanza, que fue fundada por mi suegro, que era todo un visionario y un emprendedor. De él aprendimos mucho de lo que hacemos hoy. Ahora, por ejemplo, estamos armando desde la Cámara de la Madera un proyecto para poder ofrecer capacitación en lustre y tapicería, con la idea de tener algo así como una Escuela de Oficios que permita formar gente joven para emplearse en el sector. Tenemos expectativa de que esto salga.

 

¿Cuánta gente trabaja hoy en Mehring?

Correa: Somos 45 personas en la planta. Gracias a Dios, la situación de 2010 por la caída de exportaciones no nos hizo achicar personal. Lo que era demanda exterior, lo reemplazamos con ventas en el país. Funcionamos separados en dos partes. Una, la original, en el casco urbano de Esperanza. Y otra es la nave industrial de 2 mil metros cuadrados que funciona en un predio en las afueras de la ciudad, en la que hacemos terminaciones. La expectativa es poder mudar toda la producción a ese predio, en algún momento. Con el ministro Carlos Fascendini, que es de acá, hemos tenido siempre mucho diálogo, sabe de nuestros proyectos.

 

¿Algún mensaje final para sus colegas industriales?

Correa: Creo que las empresas pyme hoy debemos luchar fuertemente para profesionalizar nuestra gestión. Esa es la única forma de sobrevivir, tampoco es una garantía, pero seguramente si conseguimos esto, podemos estar mejor parados para lo que pueda venir.

 

Sitio web de la empresa:

www.mehring.com.ar