Carlos Collazuol, de COMAT: “Nunca hemos sido conservadores. Nos hemos ido amoldando a los cambios de la industria y de las tecnologías”

La firma está ubicada en Rosario. Nació en la década del ’70 por iniciativa de dos hermanos, que con un torno y el oficio que habían aprendido de su padre matricero, se largaron al ruedo. Con el timepo, pudieron diversificarse y evolucionar. Son proveedores de grandes terminales automotrices y de empresas autopartistas. Han diseñado máquinas especiales para distintos rubros. Y en el último tiempo, lograron sustituir importaciones para la industria del jabón.

¿Cuál es su cargo en la empresa?

Carlos Collazuol: Soy uno de los dos titulares, junto a mi hermano Eduardo. El fue quien fundó la firma. En el arranque éramos una empresa familiar típica, con un tornito de banco. Hacíamos tornería, algo de matricería. Y el maestro era mi padre, que trabajaba como matricero en una fábrica y nos enseñó el oficio a nosotros.Yo en ese momento estaba en la escuela secundaria. Poco después me sumé a la empresa.

¿Qué fue lo que le permitió crecer a la empresa en todo este tiempo?

Collazuol: En el primer tiempo, la posibilidad de reinvertir todo lo que entraba, gracias  la ayuda familiar. Funcionábamos en el fondo de nuestra casa, y con cada trabajo que hacíamos, cuando lo cobrábamos siempre separábamos algo para comprar alguna herramienta nueva, aunque era todavía a muy pequeña escala, lo usábamos para invertir. Y después todo se fue dando como subir una escalera. El primer salto fue dejar el galponcito chiquito en casa para ir a un local propio. El siguiente paso fue incorporar el primer torno de control numérico, a fines de los ’80. No era un buen momento para el país, pero decidimos apostar por tecnología de última generación. Nos decían que estábamos locos. Y después, pudimos crecer cuando nos vinimos a este local en el que estamos hoy.

Seguramente hubo algún momento de meseta o de altibajo…

Collazuol: Sí, hemos tenido, como cualquier empresa industrial Pyme, momentos complicados. 2001 fue muy duro, como lo fue para todos. Aquel año fue de bisagra, además, porque en plena crisis, nos organizamos como para dar un salto. Se nos habían caído los clientes y entonces empezamos a trabajar en diferentes líneas de producción. Hasta ese momento, éramos más que nada proveedores de repuestos de mantenimiento y a partir de ese momento empezamos a diversificar. Caminamos más, buscando todos los días un trabajo nuevo. Como yo digo siempre, a una Pyme nadie le viene a tocar el timbre, uno tiene que salir siempre a buscarlo, todos los días.

¿Qué servicios y productos tienen?

Collazuol: Hoy tenemos un servicio bastante diversificado. Hacemos partes de repuestos para la industria, que fue lo que siempre hicimos. Pero también nos ampliamos a -por ejemplo- la fabricación de moldes para fabricación de jabones, rubro en el cual hemos logrado sustituir importaciones. Ese es un producto que siempre se hacía en Italia. Al principio, reparábamos los moldes. Y después, empezamos a desarrollar la fabricación nosotros, en esto somos casi los únicos en Argentina.

¿Cómo se definen ustedes a sí mismos?

Collazuol: Creo que si hay algo que nos distingue es que nunca hemos sido conservadores. Nos hemos ido amoldando a los cambios de la industria y de las tecnologías. Y fuimos de mente muy abierta. Así fueron surgiendo nuevas propuestas, que permiten diversificar el trabajo, achicar riesgos también al no depender de una sola variable. Hoy tenemos muchos profesionales trabajando con nosotros, y personal capacitado.Tenemos un equipo de trabajo y un lema con el cual definimos a la empresa que es “talento + tecnología”.

¿Qué otros rubros producen?

Collazuol: Otra de las unidades de negocios que tenemos es la fabricación de partes para autos de competición. Ahí tenemos clientes a las grandes categorías del automovilismo nacional. También tenemos desarrollo de ingeniería, hacemos máquinas especiales. Hace unos años hicimos una para pulir perfiles de aluminio. Ahora estamos haciendo otra para hacer colados de aluminio. Para la industria automotriz, hemos desarrollado máquinas que sirven especialmente para colocar las fundas del asiento. Tenemos varios clientes del sector autopartista y también las terminales. Claro que en el último tiempo nos ha afectado el bajón del sector. Pero la misma flexibilidad que hemos tenido para adaptarnos a otros rubros, la estamos usando ahora para no depender sólo de eso.

¿Adónde está la fábrica?

Collazuol: En Rosario, en un barrio que originalmente era industrial y ahora con el tiempo está rodeado de vecinos, en la zona sur de la ciudad, cerca de lo que era la vieja planta de Acindar. Hoy tenemos 1300 metros cuadrados. El espacio, para uso industrial, hay veces que nos ha quedado chico. Pero en lo inmediato, si quisiéramos expandirnos, no podríamos hacerlo aquí mismo, porque estamos rodeados por viviendas. Por ello también hemos desarrollado un cuidado muy riguroso por el layout y el orden en general, que es una buena práctica para la industria. Nosotros implementamos un programa de calidad de gestión, que inventaron los japoneses y se llama de las “5S”. Esto nos permite mejorar productividad. Y vemos diariamente que si uno logra estandarizar un método de trabajo, gana tiempo de producción.

¿De dónde son sus clientes?

Collazuol: En general, son de la región. La mayoría de ellos está en un radio de 200 kilómetros de Rosario. Aunque los clientes de autos de carreras están diseminados por todo el país. En la industria jabonera, tenemos clientes en Brasil. De las terminales, hemos trabajado con GM, con Peugeot Citroen, algo hemos hecho en Toyota, y en las autopartistas que trabajan para ellos.

¿Cuántos empleados tienen?

Collazuol: En forma directa tenemos unos 20. Tenemos un par de representantes técnicos que trabajan con nosotros y una red de colegas, a los cuales tercerizamos trabajo.

SITIO WEB:

www.comat.com.ar