Es una empresa de Totoras, con presencia nacional e internacional, que nació en 1986. Fue creciendo con el tiempo, hasta llegar hoy a tener unos 200 empleados y abrir una planta en Brasil. Se especializó en la automatización de tareas en el sector agropecuario y hace unos años trabaja además para la industria carrocera, la hormigonera y la de electrodomésticos.
¿Cuál es tu cargo y cómo empezó tu vinculación con Sensor?
Lisandro Peruzzo: Soy el gerente comercial. Técnicamente, hace diez años que estoy en la empresa. Aunque en realidad estoy desde los comienzos, porque soy hijo de Walter, uno de los socios fundadores, y siempre tuve contacto con Sensor.
¿Cómo empezó la empresa?
Lisandro Peruzzo: Nació de una manera bastante particular. Fue el resultado de una apuesta con un vendedor de repuestos, que estaba haciendo una demostración de una electrohidráulica. Uno de los que estaba en esa prueba era José Ballari, productor y muy mañero. Cuando vio el trabajo que hacía el vendedor, Pepe le iba adelantando -un poco en serio, un poco en broma- las cosas que no iban a andar con ese equipo. Hasta que le dice: ‘Mirá que a esto que vos está mostrando, yo te lo puedo hacer mejor, eh!’.
¿Y cómo siguió aquel desafío?
Lisandro Peruzzo: Pepe Ballari le comenta esta anécdota a mi papá, que venía de muchos años e la venta de campos, y que sin tener el manejo de lo técnico, vio la veta comercial que podía tener ese producto del que hablaban. Y entonces, entre ambos, se pusieron a hacer copiadores de terrenos, controles de altura de corte para cosechadoras, electrónicos. Ese primer ‘sensor de nivel de terreno’ salió del garaje de mi casa. Después la firma se mudó a un local en el centro del pueblo, acá en Totoras. Y en el 2000, ya Sensor se mudó a un predio sobre la ruta, adonde funciona ahora. Sólo que en ese momento la parte construida era la mitad de lo que tenemos hoy.
¿De ese crecimiento, cuáles destacás como pasos importantes?
Lisando Peruzzo: Puede decirse que dimos un salto muy importante cuando, conceptualmente, pasamos a estar adentro de las fábricas. Nosotros siempre vendíamos directo al productor. Es decir, nosotros hacíamos equipos que se ponían en las cosechadoras, pero se lo vendíamos al cliente final, al que tenía la máquina en su campo. Hasta que nos dimos cuenta que el tiempo que nos llevaba venderle cada uno de nuestros productos en la chacra, podíamos invertirlo mucho mejor comercializando directo con los fabricantes. Nos llevó un tiempo, pero nos reconocieron y adoptaron nuestro producto. Arrancamos con Marani, con Vasalli y Bernardin. Después se sumaron Apache, Metalfor, Vasalli, entre otros. Y en el rubro industrial, o en cualquier actividad comercial, si te va bien con uno, después es más fácil conseguir el resto, te siguen todos.
¿Cuándo se dio ese proceso para Sensor?
Lisando Peruzzo: Eso fue en la década del ’90. Al meternos en la fábrica, nos dimos cuenta lo indefensos que estaban los fabricantes de maquinaria agrícola en electrónica y en electricidad. Sabían mucho de fierros, pero les faltaba manejo de la tecnología nueva. Las John Deere, por ejemplo, empezaban a venir con una válvula que tenía control electrónico. Nos animamos a hacer un control de la velocidad de molinete, para cosechadoras nacionales. Así fue como fuimos desarrollando productos nuevos, a la medida del fabricante. En aquel momento surge, por ejemplo, la producción de joysticks de comando, en la que fuimos uno de los cinco fabricantes a nivel mundial, únicos en la Argentina. Nos fuimos convirtiendo en un proveedor que puede resuelve muchos problemas del productor, y del fabricante que le vende al chacarero, en materia de electrónica, software, hardware, hasta de química.
¿Cómo es la relación con sus clientes? ¿Tienen exclusividad con alguno?
Lisando Peruzzo: No. La plataforma tecnológica que usamos es siempre nuestra, aunque los productos siempre salen con alguna particularidad específica para cada fabricante. La exclusividad es peligrosa, en la Argentina y en cualquier parte del mundo.
Inauguraron hace poco una planta nueva…
Lisando Peruzzo: Sí, de 5 mil metros cuadrados, a comienzos de 2013. Y tenemos hoy tres empresas. Dos acá en Totoras, que son Sensor Electrónica y Sensor Oil. Y la de Brasil, que empezó en Uruguayana, en 2009, y en 2011 decidimos mudar a Nuevo Hamburgo, porque los clientes los teníamos casi todos en esa zona. Esa parte de Sensor fue concebida para la comercialización de componentes electrohidráulicos, y mantenimiento de equipos de electrónica. En esta última etapa, iniciamos además un programa de nacionalización de algunos componentes, como los cableados, que se van a empezar a fabricar ahí en Brasil. En total ocupamos unas 200 personas.
¿Siguen trabajando con exclusividad para el sector agropecuario?
Lisando Peruzzo: No. En todo este tiempo fuimos desarrollando nuevos mercados. Tenemos casi veinte años trabajando en la agroindustria. Hemos desarrollado además consolas de maquinaria agrícola, una computadora de pulverización por radio de comando, una estación meteorológica para pulverizadores autopropulsados y un monitor de rendimiento. Hace poco, en 2008, iniciamos una nueva etapa. Empezamos a vender a fabricantes de carrocerías de ómnibus, en transporte de pasajeros. Son similares plataformas a las que van en las cosechadoras. En ese rubro, el chasis ya viene todo ‘cerrado’. Pero el fabricante necesita resolver accionamiento de luces, aire acondicionado y otros instrumentales, que los hacemos nosotros. También estamos en el mercado de los hormigoneros. Y Lo último que hicimos fue hacer electrónica para electrodomésticos, para hornos de alta gama. Es decir, nuestra política hoy es estar presentes en varios rubros, para no depender de solo uno.
¿Cómo resuelven el tema de la mano de obra?
Lisando Peruzzo: La mano de obra, el personal calificado, como ingenieros, por ejemplo, vienen de Rosario, no es de Totoras. Los operarios casi todos sí son de acá. Siempre que podemos intentamos capacitar. Incluso tenemos algunos trabajos hechos con la escuela técnica local.
¿Qué expectativa tienen para el resto del año?
Lisando Peruzzo: La planificación de acá a fin de 2014 es complicada. Estamos pensando en mejoras tecnológicas de nuestras plataformas, para implementar el año que viene.
¿Un mensaje final para sus colegas industriales?
Lisando Peruzzo: El fundador de Pla, con mucho recorrido en esto de tener una industria en la Argentina, solía decir que esto que hacemos ‘no es para miedosos’. Creo que es así. Que no es fácil. Puedo decir a mis colegas que tengamos paciencia cuando hay un bajón, que no va a ser la última vez que tengamos una crisis, como tampoco la primera vez que nos recuperemos.