Claudio Scarpín, de Colven: “Lo que explica la historia y el presente de Colven es nuestra perseverancia”
Es Gerente Industrial de la firma autopartista nacida hace poco más de cuarenta años en Guadalupe Norte, que hoy tiene presencia en varios continentes y goza de un gran reconocimiento del mercado.
¿Cuál es su cargo en la empresa
Claudio Scarpín: Estoy desde 1997 en Colven. Yo soy de Reconquista. Hoy soy el Gerente Industrial, antes estuve como Auditor de Calidad, Jefe de Reparacioes, Responsable de Seguridad e Higiene, también Logística. He estado en las plantas de Guadalupe y también en las oficinas de Buenos Aires. Es decir, he pasado por casi todas las áreas.
¿Cómo empezó la empresa?
Claudio Scarpín: Rafael Colussi y Néstor Vénica fueron sus dos fundadores, en 1973, aunque habían empezado unos años antes a trabajar juntos (Ver aparte). Ellos vivían cerca de pueblos rurales y se planteaban cómo resolver un problema que tenían entonces los chacareros de la zona, que los motores que se fundían sin previo aviso y eso dejaba a la gente sin tractor, sin camión o sin auto. Y fue ahí cuando dijeron ‘si controlamos las variables de presión de aceite y temperatura, si logramos que el motor se corte antes de llegar a una situación crítica, entonces vamos a resolverlo’.
¿Cómo están hoy?
Scarpín: El VIGIA fue un gran éxito, una verdadera innovación. Y a lo largo de los años, con la incorporación de más tecnología e ideas para expandirnos, pudimos ir lanzando nuevos productos. En la relación con los clientes, vamos aplicando algo parecido a aquella primera iniciativa con la que nacimos. Es decir, vamos escuchando a nuestros clientes y así vamos captando nuevas necesidades. También, al tener mucha presencia hoy en otros países, a veces lo que hacemos es ver si podemos incorporar acá productos que ya están en el exterior, como es el caso del climatizador para camiones.
¿Además de las plantas industriales en Guadalupe Norte, qué otras plantas tienen?
Scarpín: Tenemos una filial Brasil, en Curitiba; otra en México, en Guadalajara; otra en España, cerca de Madrid y en Italia, nos asociamos con un distribuidor, en línea y climatizador para motorhomes y aire acondicionado para camiones, que tiene la variante de que funciona a batería, estando el motor apagado.
¿Qué cantidad de empleados tienen?
Scarpín: Unas 300 personas. Y sin embargo, a pesar del crecimiento que hemos experimentado y la profesionalización, seguimos teniendo un management que incorpora lo mejor de una empresa familiar. Rafael Colussi y Néstor Vénica, por ejemplo, los fundadores de la firma, siguen estando en la empresa y con ellos tenemos un trato como el de toda la vida.
¿Cuáles son las perspectivas ante una coyuntura económica como la actual?
Scarpín: Vamos adaptándonos y planificando de acuerdo a cada escenario. Ahora, por ejemplo, con un tipo de cambio estable, con inflación y teniendo nosotros operaciones en el exterior, intentamos aprovechar los ingresos en dólares para capitalizarnos, sobre todo buscando más productividad. En materia de inversiones, podemos apuntar a nueva tecnología.
¿Integran la Cadena de Valor autopartista provincial?
Scarpín: Sí. Y La idea que apuntamos a trabajar allí es articular mejor con otras empresas, dentro de la provincia. Nosotros estamos al norte de Santa Fe y hoy el 80 por ciento de nuestros proveedores, por ejemplo, están en la provincia de Buenos Aires. La expectativa es crear con la Secretaría del Sistema Metalmecánico un programa de ampliación de la oferta de proveedores.
LOS COMIENZOS, EN BOCA DE LOS PROPIOS FUNDADORES
En el sitio web de la firma, así recuerdan ambos fundadores aquellos comienzos. Colussi: “Un sábado a la tardecita del año 1970, llegó al taller un camión Ford con motor Perkyns a fin de calibrar las gomas, pues el domingo debían llevar los jugadores de fútbol a Los Lapachos. La marcha era perfecta, daba gusto oírla. El domingo los futbolistas realizaron el viaje. De pronto: humo, alta temperatura, motor detenido, ausencia de agua, radiador roto… Al día siguiente llegó al taller remolcado. A cualquier mecánico, estas cosas le duelen como si le estuviesen golpeando sus propios huesos. Casualmente se encontraba Néstor Venica y le dije: “El sábado tenía una marcha perfecta; hoy es un montón de hierros deteriorados. Tenemos que hacer algo. Esta tarde a las cuatro te espero para ver si podemos concretar algo de todo lo que hemos hablado al respecto”.
Vénica: “Con las manos en el bolsillo, un caminar cansino y silbando una que otra tonada, un rato antes salí de mi casa para llegar a la hora indicada. Mientras filosofaba:Motores que se funden… ¿Por qué? Por alta temperatura… ¿Por qué se eleva? Radiadores taponados o rotos, interior y exteriormente. Mangueras taponadas o rotas. Termostatos inactivos o correas rotas. Bombas de agua deterioradas y frenadas. Por baja presión de aceite… ¿Por qué baja? Falta de aceite por rotura de la bomba. Rotura de cañerías y filtros. ¿Habrá algún conductor talentoso que alcance a detectar a tiempo estos accidentes para que el motor no se funda? Sí, pero observando las luces del instrumental del vehículo. ¿Habrá algún conductor talentoso que mantenga la concentración mental necesaria como para atender las luces del tablero en forma continua, sin distraerse, todas las horas en que esta al volante? La respuesta podría ser afirmativa para contados casos. Además de las luces del instrumental ¿qué otra señal podría tener un conductor para detectar la alta temperatura o la baja presión de aceite en el motor? Podrían ser sonidos, luces titilantes o amenazas de paro de combustible, trabas en el acelerador, cortes de encendido eléctrico. Tantas cosas por el camino pensé que al taller sin percatarme llegué; pero, que la intriga me desbordaba eso es seguro y también me atrapaba. Tengo la sensación que es viable unir varios elementos por cable y parar el motor repentinamente antes de que se funda rápidamente”.
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SITIO WEB DE LA FIRMA: www.colven.com.ar